Norita, maestra ayacuchana del Fe y Alegría, amorosa madre, mujer de fe. Recuerdo cuando me contó cómo se subían al techo de la casa para esconderse de Sendero y del Ejército, y cómo una vez con las justas cogió de los pelos a su hermanito y lo hizo trepar al techo donde se quedaban calladitos. Y cómo otra vez ya estaba en el micro de regreso a su casa y vio a uno de sus niños del 2do grado entrando a un pinboll y se bajó para entrar a recriminar al dueño del negocio y llevar al niño a su casa. Cómo nos alegramos cuando Jesucito "sentó" cabeza y trajo a los Equipos a esta mujer valerosa. Y cómo gozamos con los relatos de Juanito a su regreso del matrimonio que él celebró.
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