viernes, 2 de enero de 2015

Francisco: Cuando una sociedad ignora al pobre, lo persigue y criminaliza

Jueves, 01 de enero de 2015 | 4:30 am
Palabras claras. El Santo Padre pidió a las personas a no vivir como esclavos o en la lógica mundana y corrupta.
Palabras claras. El Santo Padre pidió a las personas a no vivir como esclavos o en la lógica mundana y corrupta.
Reclamo. El papa hizo un llamado al mundo, en el último día del año, a servir a los más débiles. Recalcó que es urgente defender a los más necesitados y "no defenderse de ellos".

EFE.

Francisco abogó, en el último día del año, por situar en "el centro de nuestras preocupaciones" a los más desfavorecidos y llamó a "servir a los débiles" en vez de "servirse" de ellos. "Es necesario un gran acto de libertad cristiana para tener el coraje de proclamar, en nuestra ciudad, que urge defender a los pobres y no defenderse de los pobres. Es preciso servir a los débiles y no servirse de los débiles", dijo el papa durante su homilía en la Basílica de San Pedro.

En calidad de obispo de Roma, aludió al escándalo de corrupción de tipo mafioso desvelado recientemente en el seno del consistorio capitolino.

"Los graves hechos de corrupción, desvelados recientemente, requieren de una seria y consciente conversión en los corazones para un renacimiento espiritual y moral y para un renovado compromiso que construya una ciudad más justa y solidaria", manifestó.

Y advirtió: "Cuando una sociedad ignora a los pobres, los persigue y los criminaliza, les obliga a unirse a la mafia. Esa sociedad se empobrece hasta la miseria".

En la primera parte de su alocución, Bergoglio hizo un repaso del 2014 ya que, según defendió, la Iglesia católica enseña que, al concluir el año o la jornada, es preciso realizar "un examen de conciencia".

"¿Cómo es nuestro modo de vivir? ¿Vivimos como hijos o como esclavos? ¿Vivimos como personas bautizadas en Cristo, libres? ¿O, vivimos según la lógica mundana, corrupta, haciendo lo que el diablo nos hace creer que es de nuestro interés?", cuestionó con semblante serio.

Y añadió: "Existe siempre en nuestro camino existencial una tendencia a resistir a la liberación. Tenemos miedo de la libertad y, paradójicamente, preferimos más o menos conscientemente la esclavitud".

El papa criticó lo que calificó de "el reino del momento", en el que, según él, "nos sentimos más seguros" porque "nos hace vivir momentos desvinculados de nuestro pasado y nuestro futuro".

"La esclavitud nos hace creer que no podemos soñar, volar, esperar con fe", señaló.

Una vez finalizada la ceremonia, Francisco, de 78 años, abandonó la Basílica mientras sonaba el tema navideño "Adeste Fideles".

Acto seguido salió a la Plaza de San Pedro. Finalmente, el papa se aproximó a los cientos de fieles que le observaban tras las barreras de seguridad y que le reclamaban a gritos, muchos de ellos en español, para saludarle.  

 

No los ignoren

 

La sociedad que "ignora al pobre" es "pusilánime, egoísta y deja de ser cristiana", dijo Francisco durante las primeras Vísperas de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, y el solemne Te Deum del último día del año, que presidió en la Basílica del Vaticano.

El Santo Padre aseguró que pobres y débiles "son el tesoro de la Iglesia y la sociedad", por lo que ha lamentado que se "ignore y criminalice" a estos colectivos.

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"DIOS TE SIGA BENDICIENDO"

Mg.e. Martín Linares Chavarría
Celular: 992453731
 

COMPROMISO POR LA HUMANIDAD

Juan Carlos Morante, SJ
Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú

"Resistamos a la tentación de comportarnos de un modo indigno de nuestra humanidad", estas son las vigorosas palabras del papa Francisco en su mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, el cual denuncia con pasión profética el tremendo flagelo de la esclavitud y de la explotación del hombre por parte del hombre que aún persiste en el mundo contemporáneo.

El mensaje advierte que "todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud". Entre ellas: trabajadores y trabajadoras, muchos de ellos menores, cuyos derechos laborales son atropellados sistemáticamente; emigrantes despojados de sus bienes o que sufren abuso físico o sexual; personas obligadas a ejercer la prostitución, entre los que hay muchos menores; niños y adultos víctimas del tráfico de personas o secuestrados por grupos terroristas.

En la raíz de la esclavitud, nos recuerda el Papa, "se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto". Es lo que ocurre cuando el ser humano pierde de vista su condición de criatura llamada a la existencia en comunión con sus semejantes y con todos los seres de la creación. Cuando el corazón humano rompe su vinculación fundante con el Creador, deja de considerar a sus semejantes como seres de igual dignidad, ya no los ve como hermanos y hermanas en una misma humanidad, sino que comienza a tratarlos como objetos.

Junto a esta causa primera y radical, hay otras causas más próximas, donde destacan la pobreza, la exclusión, la corrupción y la violencia.

Una de las formas de esclavitud más escalofriante en la actualidad es la trata de personas. Según un informe de la Defensoría del Pueblo (2013) la trata de personas es el segundo o tercer delito más rentable después del tráfico de drogas y de armas; siendo el 91% de víctimas de trata menores de edad, niñas y adolescentes mujeres. Estas víctimas provienen, por lo general, de familias pobres, carecen de oportunidades económicas y suelen estar expuestas a diversas formas de violencia. Además, la pobreza, el alcoholismo, la disfuncionalidad familiar, el uso indebido de drogas, el abuso sexual y la violencia doméstica intensifican la vulnerabilidad de los niños y las niñas.

El fenómeno de la esclavitud nos coloca frente al sufrimiento de las víctimas y a la degradación moral de los perpetradores de estos actos de opresión y de violencia. Por eso, el Papa hace un llamado urgente para volver la mirada al sufrimiento de nuestros semejantes y tener "el valor de tocar la carne sufriente de Cristo, que se hace visible a través de los numerosos rostros de los que él mismo llama «mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45)".

Que, al iniciar este 2015, este mensaje nos llame a convertirnos en verdaderos "artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad", en favor de una humanidad aún sedienta de libertad y esperanza. 

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Mg.e. Martín Linares Chavarría
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